Read the English version of Guardarrr #12: Looking for a uniform here.
Sigo pensando en los uniformes. La semana pasada tuve la osadía de decir que no podría vivir con un uniforme estricto, y no he parado de dar vueltas al asunto porque el tema de los uniformes es complejo y fascinante.
La clave en lo escrito la semana pasada es “estricto” porque, si lo miramos en un sentido amplio, casi todas tenemos un uniforme, ya sea una silueta, unos colores, unas prendas concretas. Sí, cambiantes en el tiempo, a lo mejor, pero en cada momento dado suele haber una clara tendencia.
Los uniformes autoimpuestos es una corriente fuerte en el mundo de los armarios minimalistas, muy apto para los individuos que no están inclinados a gastar su energía mental en tomar decisiones sartoriales. Habréis visto artículos dedicados a los cuellos altos de Steve Jobs, las sudaderas de Mark Zuckerberg y los trajes azules de Barack Obama. Y los trajes masculinos en general siguen siendo un uniforme tan uniforme que nadie los trata como tales. Son demasiado ubicuos.
Y este es el tipo de uniforme que no me interesa para mi aunque los observo con un gran interés antropológico, aún más cuando es tan radical como la propuesta de un único mono para toda la vida.
Porque, aunque un único mono te resulte una propuesta increíblemente restrictiva, lo más probable es que los contenidos de tu armario sean bastante homogéneos. A veces con una gran tristeza contemplo si el siglo de la supuesta superindividualidad nos ha traído una vestimenta aún más homogénea que en otras épocas... Y no lo sé. Es imposible medirlo, y tampoco importa, la verdad.
Lo que sí está claro es que casi todos los armarios oscilan alrededor de lo “normal” entre nuestros pares. Y no necesariamente evoluciona. A menudo podemos ver cómo la gente sigue buscando las mismas modas que se llevaba en su juventud, el uniforme de su generación, digamos. Y desde esta óptica tampoco importa tanto si a nosotras nos ha tocado vivir las décadas del auge de athleisure, la dictadura del pantalón pitillo y la gran transición hacia la zapatilla deportiva para todo.
Y ahora, ya que las artistas del mono único ofrecen el patrón, a lo mejor me hago uno con el estampado más chillón posible.
(Para conocer las otras opciones conceptuales, ya he hecho una categorización de las estrategias minimalistas más comunes en inglés aquí.)
He vuelto a leer The Gentle Art of Swedish Death Cleaning (2017, disponible en castellano como El arte sueco de ordenar antes de morir) de Margareta Magnusson y lo recomiendo, especialmente para aquellas que buscáis una inspiración para revisar y descartar cosas que sea algo más flexible que el método de Marie Kondo. El libro es un tierno ejemplo de escrito híbrido de una abuela: contiene memorias, recetas, consejos contradictorios y mucho amor.
Tan obvio que duele: 5 medidas sencillas que los supermercados pueden implantar ya para reducir el plástico.
Un buen review en profundidad de las bragas menstruales: Mi experiencia con las bragas menstruales.
Ya recomendé el libro de Kassia St Clair The Golden Thread: How Fabric Changed History (2018), pero una de las historias del libro me marcó especialmente. ¿Qué tal os parece un poema matemático clásico chino escrito por Su Hui en el siglo IV a su marido, inicialmente tejido y no escrito? Pues Star Gauge.
Online shopping changed, and we barely noticed: “Users are programmatically encountering must-have products on their feeds without even searching for them through sponsored posts, ads, or algorithmic suggestions.”
+ Esta semana he aprendido una palabra nueva: familecto, el estilo conversatorio propio, a menudo humorístico, de una familia u otro grupo pequeño e íntimo. Para ejemplos y explicaciones en inglés: Why We Speak More Weirdly at Home y The Familect of Culture Study.
¡Y hasta aquí por ahora! Esperando que hayas disfrutado leyendo el boletín de esta semana y me encantaría saber qué te ha parecido, sobre los uniformes inconscientes o cualquier otra cosa que Guardarrr te haya sugerido… ya sea aquí en los comentarios, en Facebook o Instagram, o por e-mail luize.ratniece [a] gmail .com
Guardarrr es un boletín semanal bilingüe dedicado a la sostenibilidad y conciencia textil, escrito por Luīze Ratniece, socióloga y activista textil afincada en Barcelona. Guardarrr es tanto una herramienta de reflexión como un canal de crowdfunding para la app que Luīze está desarrollando. Si lees el boletín y te resulta interesante, considera, por favor, pasarte a la versión de pago para financiar este proyecto con la cantidad que equivale un café + bollo al mes. ¡Cada subscripción llena mi corazón con agradecimiento y ayuda a seguir, muchísimas gracias por estar aquí conmigo!