Read the English version of Guardarrr #25: No-money sustainability strategies here.
El martes dí una charla en el casal de barri Espai Antoni Miró Peris con el mismo título que tiene este boletín, prometiendo estrategias de “enverdecer” los armarios a coste cero. Tanto por si alguna de ellas llegara hasta aquí buscando apuntes como para que yo tuviera constancia de mi pensamiento sobre el tema ahora mismo… y también para entretener a vosotras, cuento también aquí los cinco puntos clave que querría comunicar en aquella charla:
0. Nada tiene un coste cero (y los costes no son aleatoriamente distribuidos)
Preparando la charla, me di cuenta que había hecho un poquito de publicidad engañosa prometiendo estrategias de coste cero. Sí, iba a hablar sobre cómo hacer más sostenibles nuestros armario sin comprar cosas nuevas pero, tal como os contará cualquier manual de economía para la educación secundaria, todo tiene un coste, aunque sea sólo el coste de oportunidad en cuanto al uso del tiempo. De ahí que mi propuesta era más bien cambiar la percepción sobre el tipo de coste que requiere un armario más sostenible, alejándose de la idea que es posible comprarlo e intentando convencer que vale la pena invertir el tiempo y la energía en estas propuestas de “enverdecimiento”.
También hay un importante “pero” que todas tenemos que tener en cuenta: el orden y la limpieza siguen siendo tareas feminizadas en los hogares formados por parejas heterosexuales. De ahí que para muchas personas mi invitación no es otra que aumentar la carga de su doble jornada, y me sabe fatal que sea así. Como dice Laurie Penny en Meat Market (2011), “toda la sociedad occidental está traumatizada por nuestra compleja relación con la economía del trabajo doméstico”, y quitar hierro a este conflicto revistiéndolo de ejercicios de mindfulness y sostenibilidad es siniestro. Por eso aquí tienes mi permiso de ignorar el resto de este mensaje si te suena sólo a más trabajo.
Dicho esto, aquí están las estrategias:
1. La frecuencia de uso
Llamar la atención a la importancia de la frecuencia de uso para minimizar la huella ecológica del textil es la razón de ser de Guardarrr. Ya sabéis que me fascina la radical idea de ponernos las mismas prendas una y otra vez hasta que se caigan a cachos. Aquel simple hecho de repetir la ropa nos incentiva adquirir menos, conocer mejor los materiales y nuestras necesidades, y cultivar el contentamiento (en lugar de intentar llenar los agujeros negros internos con má cosas).
2. La limpieza
Es la física pura: cuánto más fricción, detergente y temperatura, más desgaste. De ahí que la respuesta es lavar menos, usando ciclos más cortos y en agua más fría. Si la prenda no tiene manchas ni huele mal después de haberla puesto, devolverla al armario. Para la gran mayoría de la ropa cotidiana es suficiente un ciclo frío de mediahora. Poner coladas llenas. Tener un cuidado especial con la ropa que tiene elastano y resistir el impulso de lavar la ropa deportiva a 60ºC. Tener un cuidado especial con la lana. Considerar lavar ciertas cosas a mano. El detergente se puede comprar a granel. El suavizante es un timo. Secar tendido y al aire libre si es posible. Repensar la necesidad de tener la plancha. Tu factura de la luz también estará encantada.
3. El almacenamiento
La división entre colgar en perchas o doblar depende de las preferencias individuales y los espacios disponibles.
Poner varias prendas en la misma percha es peligroso porque suelen desaparecer y olvidarse. Cambiar todas las perchas para que sean iguales queda muy placentero para el ojo pero (a) es una inversión de dinero y (b) las perchas antiguas no suelen ser reciclables, aunque típicamente se puede reubicar con alguien.
El doblado vertical tiene cuatro grandes ventajas comparando con amontonar las prendas en columnas:
Se ve todo mejor, de ahí más probabilidad de ponértelo todo y no comprar más de lo que ya tienes,
Se puede coger la prenda deseada más fácilmente sin que se derrumbe todo, de ahí menos frustración con el armario y sus contenidos,
En el uso cotidiano queda más bonito y organizado, consiguiendo un armario más conocido y querido, ahuyentando la idea que ahí no hay nada y hay que ir de compras,
Y, la más importante desde el punto de vista de la sostenibilidad, el proceso de doblar la ropa nos obliga a mirar y tocar cada prenda con atención, este es el momento para darse cuenta de los rotos, los descosidos, las manchas, las pelusas, las bolillas y el desgaste general (mucho mejor que darte cuenta de un descosido teniendo prisa y devolver la prenda al fondo del armario donde nadie va a volver a verla nunca más).
Tengo un odio muy intenso a las baldas “normales” tan profundas que sólo sirven para crear caos y perder cosas ahí atrás. No sé quién es el responsable de esta aberración generalizada pero la única solución es encontrar cajas que sirven de pseudo-cajones y contengan las prendas (dobladas verticalmente).
4. Los arreglos
Los chismes de afeitar las bolillas pueden ser útiles para alargar la vida de las prendas pero hay que tener cuidado ya que en cada afeitado pierdes parte de la prenda y con tiempo se vuelven visiblemente más finas. El tema de las bolillas es doloroso ya que es la predestinación de las prendas, nunca sabes cuáles serán las problemáticas y la culpa no es tuya sino la de elección de materiales donde alguien ha sido incompetente o tacaño. Además, en mis manitas torpes las maquinitas afeitadoras también han servido para cortar las prendas y luego tener que zurcirlas.
Empezar a zurcir da miedo ya que piensas que estropearás aún más la prenda y, además, habrás perdido el tiempo. Mis esperanzas están en el movimiento del zurcido visible (1, 2) para que se nos quite la tontería de asociar los arreglos con la pobreza o excentricidad, y que nos pongamos a zurcir con abandono. Sin embargo, igual que con todos los arreglos, también aquí está lo de tener la serenidad para aceptar las cosas que no se puede arreglar y la sabiduría para reconocer la diferencia entre aquellas y las arreglables. Dicho de otra manera, conviene ver con claridad qué prendas valen la pena ir zurciendo y re-zurciendo, y cuáles se van a volver a romper en el minuto uno justo al lado de lo zurcido.
Zurcido, igual que costura y patronaje, tejer, crochet, y otras técnicas de arreglar y crear ropa, entran de lleno en tema de uso de tiempo e inversión en habilidades nuevas. Las inversiones necesarias dependerán de la técnica elegida y las metas creativas pero los potenciales retornos son maravillosos: (a) una habilidad adquirida, (b) un artefacto creado, y (c) una profunda experiencia pedagógica: quien ha pasado horas luchando con un bajo, una cinturilla o una manga, ahora las verá con un aprecio muy superior.
Y, al final, a mi me gustaría vivir en un mundo donde casi todas nuestras cosas fuesen tan valiosas que, si no tuviéramos las habilidades para arreglarlas, pagaríamos sin problema para que lo hiciera una profesional. Además, que las prendas fueran diseñadas pensando en su durabilidad y la facilidad de los arreglos más comunes. Ah, imagina...
Coloquio post-función después de la obra “El silenci dels telers” | 20 de noviembre 18:00 en Centre Cívic Vil·la Urània, Saragossa 29, Barcelona.
Intercambio de ropa Green Saturday o Vermutet & Wardrobe Restart XVI | 27 de noviembre 11:00 - 14:00 en Ateneu Roig, Torrent d'En Vidalet 32, Barcelona.
Taller de visión del armario perfecto con collage | 19 de enero en Centre Cívic Trinitat Vella - Espai Foradada, Foradada 36, Barcelona.
Intercambio de ropa | 22 de enero en Centre Cívic Trinitat Vella - Espai Foradada, Foradada 36, Barcelona.
300 millones de años separan el papel y el plástico, siempre y cuando el supuesto papel no esté cubierto de plástico.
Residuos: Es la hora de los sistemas de devolución y retorno + dada esta situación de vertederos globalizados, incluso una responsabilidad más allá: Un cementiri de roba al desert d'Atacama, la cara oculta de la "fast fashion".
A mí los titulares supuestamente alarmistas me consuelan ya que me hacen sentir menos loca: La destrucción del ecosistema provoca un efecto mariposa de catástrofes encadenadas que nos golpearán brutalmente a todos.
The great conflict between diverting all our attention to “micro-consumerist bollocks” and not being crappy people littering everywhere: Surface Tension + Your cotton tote is pretty much the worst replacement for a plastic bag + The truth about recycling coffee cups / The Truth About Paper Cups.
When the fast fashion market keeps growing and so does the resale market… are we still just buying more and more? “While consumers may be voicing concerns about sustainability [...] they do not necessarily act on those concerns” + Secondary fashion sales are booming, with the global market for pre-owned apparel generating a whopping $40 billion per year.
You probably know by now that I have a weak spot for wool, but knowing what exactly the production of each commodity entails is often painful but required: Toni grew up on a sheep farm, now she never wears wool.
¡Y hasta aquí por ahora! Espero que hayas disfrutado leyendo el boletín de esta semana y me encantaría saber qué te ha parecido, ya sea sobre los cuidados de la ropa o cualquier otra cosa que Guardarrr te haya sugerido… ya sea aquí en los comentarios, en Facebook o Instagram, o por e-mail luize.ratniece [a] gmail .com
Guardarrr es un boletín semanal bilingüe dedicado a la sostenibilidad y conciencia textil, escrito por Luīze Ratniece, socióloga y activista textil afincada en Barcelona. Guardarrr es tanto una herramienta de reflexión como un canal de crowdfunding para la app que Luīze está desarrollando. Si lees el boletín y te resulta interesante, considera, por favor, pasarte a la versión de pago para financiar este proyecto con la cantidad que equivale un café + bollo al mes. ¡Cada subscripción llena mi corazón con agradecimiento y ayuda a seguir, muchísimas gracias por estar aquí conmigo!