Read the English version of Guardarrr #32: Sustainable flossing? here.
(No hablo de marcas a menudo pero el tema de hoy lo requiere. Aún así, ninguna de las mencionadas me han dado algo ya que ninguna responsable de márketing sería tan loca como para hacer una “colaboración” conmigo.)
Este verano el tema de la higiene dental me ha llevado a reflexionar sobre los productos “más sostenibles” y los límites de su utilidad, es decir, cuando los intentos de hacer un producto más sostenible llevan a la pérdida de funcionalidad.
Pasa mucho. Hay que ser muy cabezudo o libre de criterio para no poder admitir que, por ejemplo, el cuero o los huevos tienen propiedades que difícilmente se puede reemplazar con otros productos. La polipiel y el “queso” vegano dejan mucho que desear comparado con los originales.
Y, por lo menos para mí, he confirmado que a la seda dental “sostenible” también le queda un largo recorrido.
Primero, establezcamos el nivel de necesidad de seda dental: para mí es un básico para una buena vida desde hace unos 14 años y, si me obligasen a elegir entre prescindir de cepillar o de la seda, me lo tendría que pensar. Sé que para mucha gente no es un artículo de primera necesidad y se ahorran este dolor de cabeza. Lo que no se ahorran es la placa dental.
Segundo, según mi entendimiento del mercado de las sedas dentales, hay cuatro escalones de sostenibilidad: (1) los productos de las grande marcas hechos de nailon o plástico en sus cajitas de plástico duro, todo sintético y ni siquiera reciclable; (2) hilos sintéticos en cajitas de cartón haciendo que lo no reciclable sea el hilo mismo y la pieza de metal que lo corta; (3) hilos de bioplástico aspirando a ser compostables vendidos en envases reciclables; (4) las alternativas de verdad biodegradables utilizadas por los evangélicos de zero waste: los palitos neem o hilos de seda o algodón de ropa deshilachada…
De ahí que las opciones que se puede comprar y utilizar de manera parecida a lo “normal”, son las (2) y (3). Y entre estas dos yo he encontrado mis límites de funcionalidad. Sí, sí, los espacios entre los dientes son individualmente diferentes, igual que los movimientos habituales para pasar la seda, etc. pero mi experiencia es esta.
Esta primavera me había quedado sin seda dental, y, por no hacer pedidos enanos y petar las calles aún más de furgos del último km, entré en la tienda bio-eco más cercana y compré la seda dental que tenían. Esto nos lleva al…
Artículo 1: Hilo dental de NaturBrush (hilo de PLA, cajita de bambú, se puede comprar recambios) No. No, no, no. El tubito de envase es lo único bonito aquí. Para mí fue insoportable utilizar este hilo. Se me rompía todo el rato, por eso tuve que utilizar mucho más hilo para hacer una limpieza y era muy frustrante. Incluso se me quedó un cacho atrapado entre los dientes durante una noche. Salió con un repetido intento de sacarlo al día siguiente pero por poco me cuesta un viaje al dentista. Nunca más. El tubito ahora lo estoy utilizando para llevar hilos de bordado de viaje ya que dentro meto las agujas y con la pieza de metal puedo cortar los hilos mouliné.
Artículo 2: Al llegar a Riga este verano, se me acabó el hilo y había que ir a buscarlo. Quería algo mejor que las cajitas de plástico del súper y en la tienda zero waste de Āgenskalna tirgus tuvieron el hilo dental de Georganics (hilo de PLA, bote de cristal con tapa de aluminio, se puede comprar recambios). Se puede usar. No es perfecto. Se me rompe a ratos. Me resulta imposible sacarlo del bote por la apertura y cortarlo con la pieza de metal, de ahí que la abro entera y lo corto con las tijeras. Acabaré el tarrito pero no compraré el recambio. No es óptimo pero podría utilizarlo si no tuviera otra.
Pero tengo otra, el artículo 3. Unos días en Barcelona fueron suficientes para pasar por mi farmacia local (!) y comprar cuatro (!) cajas de mi nuevo hilo dental favorito de todos los tiempos de Beter (hilo de nailon, cajita de cartón, nada de recambios). ¡Qué alivio utilizar un producto que funciona! De verdad, que no me vengan los del PLA diciendo que son iguales que los sintéticos. No lo son. Éste hace lo que debe hacer y no me hace perder ni tiempo ni neuronas. Además, el hecho que sea negro es maravilloso: se ve muy bien los restos de comida que estás sacando, algo que queda casi invivisble en las sedas blancas. De éste me haré un stock porque ya vivo atemorizada que algún día dejará de estar disponible.
Pues eso, mi conclusión después de las incursiones en el mundo de las sedas dentales de PLA es que me quedo con la de nailon. Yo no estoy como para pasar mucho más tiempo cada noche maldiciendo la seda dental. Y tomo esta decisión sin entrar en el tema de los bioplásticos y cómo de bien se deshacen en condiciones cotidianas. Simplemente no veo sentido a “la alternativa sostenible”. Mi tiempo y energía mental vale más que el microgesto de alardear de una seda dental más sostenible. Seguiré cortando en cachitos más cortos la de nailon antes de descartarla y confiando que su uso prevendrá las visitas al dentista que también crean sus residuos.
Intercambio de ropa | 1 de octubre 11:00 – 14:00 en Ateneu Roig, c/ Torrent d’En Vidalet 32, Barcelona. Es el 6º aniversario de mis intercambios de ropa y cierta vuelta a la normalidad, de ahí que pásate para que lo celebremos juntas.
Demasiado poco se habla de estas huellas medioambientales: Seis tipos de deportes que deberían estar prohibidos. Lo mismo sobre la esmalte de uñas, por ejemplo.
El impacto ambiental de la alimentación en España es un 26% superior a la media europea… y además se enfadan al ser señalados.
It’s worse when it’s a feature and not an accident: When sewage treatment goes right, it’s just as harmful as when it goes wrong
Because every aesthetic is political: Why is cottagecore so blindingly white? + It’s Deeper Than Daisies: Marxism, Cottagecore, and Aesthetic Resistance.
Yes, one of the big sustainability problems is that “sustainability” is as vague of a term as they get: Overcoming green-washing and misinformation in fashion.
“While fitting a full night’s sleep into your schedule may seem impossible, outsourcing that sleep to skincare is not only also impossible, but more impossible, and […] actively steals sleep via the hours of labor required to make the amount of money required to buy the damn skincare” + rest as a spiritual practice and a resistance tool.
Yup, Mad Max is coming: The Sinaloa Cartel Is Controlling Water in Drought-Stricken Mexico.
¡Y hasta aquí por ahora! Espero que hayas disfrutado leyendo y me encantaría saber qué te ha parecido, ya sea sobre la seda dental o cualquier otra cosa que Guardarrr te haya sugerido… ya sea aquí en los comentarios, en Facebook o Instagram, o por e-mail luize.ratniece [a] gmail .com
Guardarrr es un boletín semanal bilingüe dedicado a la sostenibilidad y conciencia textil, escrito por Luīze Ratniece, socióloga y activista textil afincada en Barcelona.
Hola! Soy Vesticienta. Hace poco empecé un blog con un contenido... no es similar al tuyo, pero con el mismo objetivo. No hay muchos blogs de este tipo en substack, ¿verdad? Así que me alegro de conocerte. Menuda movida lo de la seda dental, es una de esas cosas que nunca me planteé, así que gracias por el artículo!